Nací en Sevilla y estudié Trabajo Social y Antropología Cultural. Al cabo de un tiempo de ejercer mi profesión, necesité ponerme al otro lado de la mesa de la trabajadora social y tocar la espalda, los pies, las rodillas de las personas que venían pidiendo ayuda y que traían la pobreza pegada en su ánimo y su cuerpo. Para entonces ya me había iniciado en el mundo energético con Reiki y desarrollé una sensibilidad fina para recibir lo que el cuerpo muestra. Quería intervenir y tenía agudeza para hacerlo, me faltaba un cuerpo teórico y práctico y lo encontré en la Medicina Tradicional China. Llevo siete años enamorada de esta ciencia médica, de su comprensión holística sobre el ser humano y el entorno y las fuerzas que mantienen el equilibrio dinámico y armónico en el ser. Estudié cuatro años en la Escuela Neijing, creé consulta y me he enriquecido con la práctica clínica. Continúo formándome en la Escuela de Estudios Superiores de Medicina Tradicional China, un grado médico de cuatro años, diseñado por la Universidad de Beijing que sincretiza la disciplina médica occidental y oriental. En este año conocí a una médica acupuntora  participando en una de sus clases, y le escuché algo que siento plenamente: “La Medicina China despertó mi pasión por ejercer la medicina, y comprendí al leer a los clásicos, que me adentraba en un mundo en el que toda una vida de estudios no iba a ser suficiente”.